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MÁS ALLÁ DEL ARCOÍRIS: POR QUÉ LAS EMPRESAS DEBEN LUCHAR POR LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS LGBTI MÁS ALLÁ DEL ÁMBITO LABORAL

Este artículo apareció por primera vez en la Agenda del Foro Economico Mundial,
y fue escrito por André du Plessis (director ejecutivo de ILGA Mundo)
y por Gabriel Galil (Oficial Senior de Programas de ILGA Mundo).
Lo republicamos de acuerdo con la
Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Public License.

Traducción por Alejandro Hilarión Moncada

 

  • Las campañas en favor de la diversidad sexual y de género son solo el primer paso que debe dar el sector privado para apoyar la igualdad de personas LGBTI

  • La influencia que tienen las empresas a nivel global puede utilizarse en favor de las personas LGBTI que son y han sido marginadas

  • Los Estándares de la ONU en la materia recomiendan la cooperación con organizaciones de la sociedad civil

 

Cada año son más las empresas que incluyen el mes del Orgullo en sus calendarios y lanzan campañas de marketing y productos “queer” para demostrar su apoyo a la igualdad de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex. Las personas LGBTI de todo el mundo formamos un segmento del mercado de cientos de millones de consumidores y, sin embargo, hasta hace poco, nos encontrábamos completamente relegades en el mundo empresarial.

De más está decir que todo este gran apoyo a la diversidad es un motivo para celebrar. Para una comunidad que durante tanto tiempo se ha visto obligada a ocultarse por miedo a la violencia y la discriminación, y que todavía vive situaciones dificiles en muchas partes del mundo, las campañas sobre diversidad son un halo de esperanza que sugiere que podemos estar avanzando globalmente en la dirección correcta para garantizar la igualdad de derechos, la visibilidad y el respeto por todas las personas independientemente de su orientación sexual, identidad, expresión de género y características sexuales.

¿Cómo puede este halo de esperanza convertirse en un cambio real para las personas LGBTI? ¿Y qué papel puede desempeñar el sector privado en la promoción y garantía de la inclusión, el respeto y los derechos humanos de las personas LGBTI, no solo durante el mes del Orgullo, sino durante todo el año?

La imagen dice: "Ya sea mediante financiación, actividades de incidencia en la esfera pública o mediante la adopción de políticas laborales inclusivas, el sector privado tiene muchas formas de apoyar a las comunidades LGBTI"
 

Una alianza contra la marginación

El sector privado debe desempeñar un papel en la lucha por la igualdad de las personas LGBTI. Lo necesitamos. Nuestras comunidades están profundamente sumidas en la exclusión social y económica. De hecho, en lugar de ser abrazadas y bienvenidas, las diversas sexualidades, géneros o características sexuales se entrecruzan con otras formas de discriminación que se alzan como barreras a la hora de acceder al mercado laboral, en especial al empleo formal.

Incluso en los casos en que las personas logran sobreponerse a estos obstaculos, aún así sufren discriminación laboral de manera sistemática, son intimidadas o acosadas por ser LGBTI, reciben menos beneficios laborales e incluso pueden ser despedidas simplemente por ser quienes son.

Este escenario de marginación se ha visto agravado por el impacto económico de la pandemia global del COVID-19, sobre todo cuando las personas LGBTI no pueden acceder a la seguridad social en lugares donde las leyes no reconocen sus derechos. Además, nuestras comunidades están sobrerrepresentadas en el sector del trabajo informal y en ciertas profesiones, incluido el trabajo sexual, experimentan tasas más altas de pobreza. Además, distintos estudios han mostrado que las personas LGBTI también están sobrerrepresentadas entre quienes han perdido sus trabajos durante esta crisis.

Si bien esta situación puede y debe ser abordada a través de políticas públicas implementadas por  los gobiernos, no se puede negar el papel crucial que juega el sector privado en lo que respecta a la inclusión social y económica.

Las empresas tienen la responsabilidad general de actuar para promover los derechos humanos y el desarrollo, y las empresas más grandes están en condiciones para hacerlo: muchas empresas tienen ingresos mayores que algunos gobiernos. No solo tienen una gran responsabilidad en el desarrollo de políticas que se aplican a sus lugares de trabajo y cadenas de suministro, sino que también son jugadores fuertes en la esfera pública, a nivel local, nacional e internacional, lo que significa que son uno de los actores más importantes en lo que hace al trabajo en materia de derechos humanos y los objetivos de desarrollo sostenible.

 

ILGA World sexual orientation laws map

 

¿Cómo puede participar el sector privado?

En 2011, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos . Estos principios dejan claro que si bien los Estados son los principales garantes de obligaciones en materia de derechos humanos, el sector privado tiene el deber de respetar todos los derechos humanos reconocidos internacionalmente, incluido el derecho a no sufrir violencia y discriminación por motivos de orientación sexual, identidad y  expresión de género, y características sexuales. Para las personas LGBTI, esto significa asegurar que los lugares de trabajo adopten políticas inclusivas y seguras; sin embargo, muchas empresas aún tienen pendiente un largo camino por recorrer.

Si queremos ver un verdadero cambio social, necesitamos que el sector privado vaya más allá del simple respeto de los derechos humanos en el lugar de trabajo: también necesitamos que los promueva y los defienda, especialmente dada la influencia que tienen las empresas y otras instituciones privadas, tales como los organismos reguladores del deporte. Ya es momento de usarla en pro de la justicia social. Fue teniendo esto en cuenta que se establecieron los Estándares de conducta de la ONU para abordar la discriminación contra las personas LGBTI, que no solo ofrecen una guía sobre cómo abordar la discriminación en el lugar de trabajo, sino también cómo llevar el compromiso empresarial más allá, utilizando su influencia para promover el cambio en el mercado y en la esfera pública.

Los estándares ofrecen valiosas recomendaciones para el sector privado. Uno de sus puntos centrales es reconocer que el compromiso empresarial debe impulsarse en colaboración con la sociedad civil. Cada contexto local y nacional tendrá sus propios desafíos, con los cuales les activistas locales estarán familiarizades y, por lo tanto, podrán brindar asesoramiento. La sociedad civil también es fundamental para exigir el cumplimiento y las soluciones para aquellas situaciones en las que el sector privado lamentablemente no respeta los derechos humanos. Las personas LGBTI han estado y siguen estando entre las personas más afectadas por las violaciones de derechos humanos relacionadas con el sector empresarial. Articular con activistas LGBTI locales cuando se trabaja en la esfera pública es esencial: les pedimos que nos incluyan continuamente cuando tomen medidas.

Y por favor, también apóyenos económicamente. Los mercados están más abiertos a les consumidores LGBTI como consecuencia de los esfuerzos de la sociedad civil para cambiar las leyes y las actitudes sociales en el terreno. No habría banderas del arco iris en las principales calles  sin cambios legales logrados en países que hoy son liberales y abiertos, pero que no hace mucho tiempo se negaban a garantizar derechos y criminalizaban a las personas. Las organizaciones LGBTI están tremendamente subfinanciadas y están luchando por permanecer abiertas durante los tiempos de COVID-19. Las empresas representan menos del 5% del financiamiento total que reciben las organizaciones LGBTI.Esto plantea una necesidad y una oportunidad.

Ya sea mediante financiación, actividades de promoción en la esfera pública o mediante la adopción de políticas laborales inclusivas, el sector privado tiene muchas formas de apoyar a las comunidades LGBTI. Si queremos asegurarnos de que para 2030 nadie quede atrás, necesitamos que este apoyo vaya más allá de las bien intencionadas banderas arcoíris.