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NO DEJEN QUE LA PANDEMIA MARGINE AÚN MÁS A LAS PERSONAS LGBTIQ

este artículo apareció por primera vez en la Agenda del Foro Economico Mundial,
y fue escrito por la Enviada de la ONU para la Juventud Jayathma Wickramanayake y el Comité Directivo de Jovenes de ILGA Mundo.
Lo republicamos de acuerdo con la Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Public License.
Foto de Naciones Unidas COVID-19 Response en Unsplash

 

  • La pérdida de espacios seguros y servicios de apoyo ha marginado aún más a las personas LGBTIQ durante la pandemia
  • Los derechos y protecciones legales, especialmente de las personas trans, también están siendo atacados
  • Les líderes LGBTIQ están intensificando sus esfuerzos, pero se necesitan más medidas

El Mes del Orgullo es un momento crucial del año para que las comunidades queer y les aliades honren el camino hacia la igualdad recorrido hasta ahora, celebren la diversidad y hablen de las injusticias y los enjuiciamientos a los que siguen enfrentándose como parte de la vida cotidiana.

Para les jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y de género diverso (LGBTIQ), este es un momento importante para sentirse menos aislades, ver más representación y apoyo, y a veces incluso salir del armario. Sin embargo, no sólo el COVID-19 ha cancelado la mayoría de las celebraciones, sino que las medidas para combatir la pandemia también han creado un entorno en el que se siguen violando sus derechos.

Les jóvenes queer dependen de centros, grupos y servicios de apoyo especializados seguros e inclusivos que afirmen su identidad, donde pueden ser su verdadero yo, relacionarse con les demás, y aprender y socializar en un espacio y ambiente seguro y sin prejuicios.

Sin embargo, a pesar de ser un servicio esencial, una gran parte de las organizaciones y redes de jóvenes LGBTIQ de todo el mundo son dirigidas por voluntaries, y funcionan con poca o ninguna financiación. Algunas de ellas se han trasladado con éxito a espacios digitales después del COVID-19, pero muchas otras han tenido que cerrar, dejando a un gran número de jóvenes queer sin ningún tipo de apoyo. En contraste con el mito popular de que todes les jóvenes están conectades digitalmente, muches no tienen acceso a Internet y están excluidos digitalmente. Para otres, las plataformas en línea no son espacios seguros para estar: aquí es donde pueden enfrentarse al abuso, el acoso o a ser forzades a salir del armario. Estar en plataformas en línea también puede ser una experiencia desencadenante y un recordatorio de traumas pasados.

Debido a la pandemia del COVID-19, la demanda y necesidad de servicios de apoyo ha aumentado. Para muches jóvenes queer, el encierro ha equivalido a estar atrapados en entornos hostiles con familias y parejas abusivas, sin ninguna ayuda a mano. Una encuesta sobre adolescentes y jóvenes LGBTIQ en el Asia sudoriental y oriental, por ejemplo, mostró que el 62% de las personas entrevistadas se preocupaban por su salud mental durante la pandemia. Dado que el 65,4% de elles seguían viviendo en casa de sus xadres, una de las preocupaciones más apremiantes era que se revelara su identidad, sin contar con el apoyo de sus compañeres.

Hemos visto un aumento de la violencia, en particular contra les jóvenes trans, les jóvenes de color y de género diverso, y les jóvenes migrantes y refugiades LGBTIQ, que a menudo no pueden acceder ni a la prestación de servicios generales ni al apoyo de especialistas. La falta de vivienda y el desempleo afectan de manera desproporcionada a les jóvenes queer, dejando a muches de elles sin acceso a necesidades básicas como la alimentación y la vivienda. Con el aumento de la demanda pero con un acceso limitado, les jóvenes LGBTIQ que luchan con una salud mental deficiente se quedan sin apoyo.

 

La demanda de servicios de apoyo para las personas LGBTIQ ha aumentado durante la pandemia (Imagen: Unicef)

 

El año pasado, durante la Cumbre de Nairobi sobre la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, vimos un fuerte llamado a concentrarse en las necesidades y derechos específicos de les jóvenes LGBTIQ. Sin embargo, parece que la pandemia de COVID-19 sólo ha exacerbado sus desafíos y les ha silenciado aún más. ¿Por qué el mundo tiende a olvidar a les más marginades cuando se producen las crisis?

El aislamiento no es nuevo para muches jóvenes queer: muches crecen experimentándolo y viviendo en él. Sin embargo, la pandemia ha causado barreras adicionales y discriminación, y ha llevado los problemas de les jóvenes LGBTIQ a las sombras. La pandemia sobrecargó las desigualdades ya existentes y proporcionó una tormenta perfecta para el aumento de la retórica de odio y las nuevas políticas regresivas en todo el mundo.

Nos preocupa la reciente retórica peligrosamente regresiva y la tendencia a eliminar el reconocimiento y las protecciones legales, especialmente por les jóvenes trans.

Por nombrar algunos de los casos más recientes, un nuevo proyecto de ley en Hungría – avanzado y firmado como ley durante la pandemia de COVID-19 – hizo imposible el reconocimiento legal. En la India, muchas personas trans vieron cómo sus medios de vida corrían cada vez más peligro, al tiempo que eran objeto de una campaña malintencionada en la que se les acusaba de propagar el virus. Las partes interesades deben proteger los derechos, los cuerpos y las vidas de les jóvenes LGBTIQ, y no introducir nuevas prácticas perjudiciales en tiempos de crisis.

Marginades e ignorades a pesar de sus repetidos llamados a ser incluides en los foros de toma de decisiones, les jóvenes activistes queer de todo el mundo han dado un paso adelante. Proporcionan un apoyo vital entre pares y en situaciones de crisis a comunidades que sus gobiernos han desatendido en gran medida. En la Argentina, les jóvenes están recaudando fondos para comprar y distribuir alimentos y suministros a las personas LGBTIQ que los necesitan. Una joven activista del Togo copreside la red general de LGBTI para África, Pan Africa ILGA, que organiza conferencias y presta apoyo a activistes y organizaciones queer de base en toda la región. En Kiribati, una organización de jóvenes ha concluido un proyecto de un año de duración que ofrece consejos prácticos sobre educación inclusiva a las personas que trabajan en los servicios sociales, la salud, la educación y el deporte, utilizando ejemplos y campañas desarrolladas en la región de Asia y el Pacífico.

Para avanzar, necesitamos invertir más en servicios y espacios para jóvenes LGBTIQ. No sólo son esenciales, sino que a menudo son el único apoyo para salvar la vida de les jóvenes queer cuando se ven forzades a entrar en ambientes hostiles. Ahora más que nunca, necesitamos asegurarnos de que las voces de les jóvenes queer no sólo se incluyan, sino que tengan una participación activa en la toma de decisiones y en las conversaciones que afectarán sus vidas. Elles necesitan espacios y estructuras para que trabajen juntes y defiendan sus derechos, tanto en línea como en persona. Por último, la comunidad internacional debe exigir a los gobiernos que rindan cuentas e insistir en la aplicación de medidas que protejan a les jóvenes contra la violencia y la discriminación basadas en la orientación sexual, la identidad y la expresión de género y las características sexuales.

Si no tomamos medidas y cambiamos las cosas para mejor, corremos el riesgo de ver otra generación de jóvenes LGBTIQ más marginada, con menos participación en la configuración de su futuro. ¿Es esto realmente lo que queremos?